Si una cosa tenemos clara cuando iniciamos la andadura de tener hijos, es que es una tarea muy difícil. Además, nadie nos dijo que educar fuera sencillo, ni que ser unos buenos padres estuviera exento de dificultades.
El ser unos buenos padres es una tarea muy difícil, pero que si se realiza bien, no solo dará buenos resultados en nuestros hijos, también aumentará nuestra satisfacción y autoestima en relación al rol de padres.
En muchas ocasiones los peques protestan porque somos unos mandones, porque les controlamos los horarios, la alimentación, las actividades… y no os quiero contar cuando los hijos ya tienen cierta edad y se acercan a la adolescencia. Y en muchas ocasiones se nos acaba la paciencia y soltamos un par de gritos, imponemos un castigo o no sabemos cómo modificar una conducta de nuestro hijo.
Vamos a daros 10 claves que os pueden ayudar en esta tarea de ser padres, y de intentar claro, ser unos buenos padres. Solo hay que releerlas de vez en cuando y llevarlas a la práctica.
Foto: JoeGambale
10 claves para ser buenos padres
1. La primera, y creo que la más importante, es ponernos en el lugar de nuestros hijos. Debemos de convertir nuestra experiencia en la vida en nuestra mayor ventaja a la hora de educar. Hemos pasado por las mismas etapas que ellos, y podemos saber lo que piensan o sienten en los distintos momentos. Entonces, si usamos esto de forma adecuada, les llevaremos siempre un paso por delante. Y no cuesta tanto, solo tenemos que recordar lo que sentíamos o pensábamos a su edad. Ellos no entienden de prisas, de horarios, y mucho menos de obligaciones. Vayamos un paso por delante y anticipémonos a sus reacciones y respuestas. Repito, solo hace falta volver a ser un niño de su edad por un momento, y mirar la situación a través de sus ojos. Así podréis entenderle mejor y saber manejar la situación.
2. Tener una buena comunicación es una cuestión fundamental para que cualquier tipo de relación vaya siempre bien. Y la relación padres-hijos no va a ser menos. Hay que intentar hablar de todo con ellos, tampoco significa convertirlo en interrogatorios, pero sí darles la oportunidad de que se expresen y cuenten sus cosas, dándoles ese tiempo que tanto necesitan.
3. Nos debe quedar claro que somos su ejemplo, sobre todo en sus primeros años de vida, ya que posteriormente adquirirá otros modelos distintos. Con ello quiero decir, que para ser unos buenos padres no basta con decirles como se deben hacer las cosas, es necesario que nosotros las hagamos también de esa forma. No podemos enseñarles a que deben comer sano, si nosotros no lo hacemos, a hacer deporte, si nosotros no lo practicamos, etc. Hay que cundir con el ejemplo.
4. Debemos educar en las diferencias. Hay que tener claro que nuestros hijos no son iguales entre sí, y que tampoco debemos de educarlos de igual forma, aunque ciertas reglas si puedan ser comunes para todos. Eso no significa que queramos más a unos que a otros, aunque todos los padres tengamos nuestras preferencias. Cada hijo es de una forma, eso lo sabemos todos los que tenemos más de uno, y eso significa que habrá que trabajar distinto con ellos, potenciando sus cualidades e intentando corregir sus defectos.
5. Tenemos que desestresarnos un poquito. Hay que intentar disfrutar de cada momento con ellos. Está claro que todos tenemos horarios, obligaciones, prisas y cansancios, pero también podemos disfrutar de cada momento con ellos. Porque si lo piensas bien, que salpique un poco a la hora de bañarse puede ser divertido, sobre todo verle cómo se ríe, en vez de reñirle cada vez que lo haga. O igual merece la pena no ver el partido o la serie de turno, y echarte una partidita con tu hijo a algún juego. Lo años de niñez de tu hijo se pasan volando y esos buenos recuerdos os durarán a tu hijo y a ti toda la vida.
6. Estilo educacional de los padres. Existen distintos estilos de educación: el autoritario, el permisivo, el sobreprotector y el asertivo. De los cuatro todos tienen sus pros y contras, pero el más beneficioso para tus hijos y para vosotros es el asertivo. Las principales características de este estilo en los padres son:
- Usa adecuadamente los premios y los castigos.
- Usa los elogios, el refuerzo verbal positivo.
- Usa el diálogo y la negociación.
- Estimula la independencia y la autonomía.
- Propone normas claras y adecuadas.
- Favorece el paso del control externo de la conducta del hijo al propio autocontrol.
Las principales características de los niños, cuyos padres tienen este estilo educativo, son las siguientes:
- Buen nivel de autoestima.
- Aprende a tomar decisiones.
- Adquiere responsabilidades.
- Respeta las normas.
- Buena capacidad de socialización.
7. Cuando nos equivocamos debemos admitirlo. Esto ocurrirá muy a menudo, y lo mejor es admitirlo y decírselo. De esta forma confiamos todos mutuamente, y además les enseñamos con el ejemplo, que errar es algo normal, y que lo mejor es reconocerlo y enmendarlo.
8. Tu mejor aliado será la paciencia. Aunque no te creas lo que te voy a decir, te lo digo: ¡no lo hace para fastidiarte! Sus intereses y los tuyos no tienen nada que ver. Ellos quieren jugar, pasárselo bien, no atender a horarios… Y tú estás lleno de obligaciones, compras, prisas, horarios… Ten mucha paciencia, y aunque se lo hayas dicho 40.000 veces, tendrás que hacerlo otras 40.000, pero no te desesperes, la labor no es fácil y nadie nos dijo que lo fuera. Teniendo paciencia ganarás en salud, tú y todos los que te rodean.
9. Debemos evitar castigarlos. Existen otros métodos para enseñarles o para corregir conductas, infórmate de ellos. El castigo es la peor elección. A través de los castigos solo aprenden cuál es la forma en la que no se deben hacer las cosas, pero no aprenden cuál es la forma correcta. Les provoca miedos, resentimientos, aprenden que es un método válido para enseñar… Es el método que debemos de elegir en último lugar y se debe hacer muy bien para que sea eficaz y no provoque todo lo anterior. Piénsalo antes de castigar y elige otras alternativas.
10. Debemos enseñarles a hacer las cosas por sí mismos. La sobreprotección puede tener efectos perjudiciales en nuestros hijos, debemos confiar un poco más en ellos, cederles responsabilidades acordes a sus edades. Debemos permitirles que se equivoquen, que tengan fallos y caídas, para que aprendan de ello.
Lo mejor que puedas hacer ahora es imprimir esto, ponerlo en un lugar como la puerta de la nevera, para poder leerlo de vez en cuando. Es un ejercicio buenísimo que yo mismo pongo en práctica. Te lo aconsejo.
Y como siempre he pensado, el ser padres es un camino largo y difícil, en el que tendrás que hacer muchas elecciones. Esas elecciones te llevan por unos sitios o por otros, a ti y a los tuyos, de ellas depende que el camino sea el correcto o no. Hazlas con paciencia y tranquilidad, utiliza el buen humor y disfruta de la vida con tus hijos.