Creo que a estas alturas del siglo XXI, todos sabemos que el castigo físico no es ni si quiera un recurso para educar, aun así en ocasiones y por desgracia, nos “descontrolamos” y soltamos una pequeña bofetada a aquellos que ni lo entienden ni les sirve para nada.
La bofetada, el cachete, el capón… se llame como se llame, debe ser desterrado de nuestros estilos educativos, y esta completamente demostrado, que aunque sirva para canalizar nuestra frustración en un momento determinado, no consigue su objetivo, educar. Hay otros métodos para educar, otras técnicas, que se están viendo como útiles desde la psicología, la pedagogía y la propia educación. Informémonos de ellas y desterremos el castigo físico de nuestras vidas, seamos más inteligentes que nuestros hijos y sepamos cómo actuar en momentos complicados.
Si queréis leer la noticia completa os dejo a continuación el enlace de la publicación en elpaís.com:
El cachete duele, pero no funciona