Cada vez son más los especialistas que ponen en relieve la importancia de que los niños aprendan a regular sus emociones desde pequeños, y es que, no sólo es importante para su bienestar emocional presente y lejano, sino que esta capacidad le ayudará en su futuro personal, laboral y social. Algunas de las emociones que más pueden llegar a desbordar a los pequeños son las relacionadas con la ansiedad, por lo que en este artículo se intentarán dar algunas claves de cómo ayudar a los niños a superar el estrés y el miedo.
El estrés y el miedo son emociones que nacen cuando nos enfrentamos a una situación que consideramos amenazante sea está real o imaginada o cuando percibimos que vamos a sufrir un daño. Todas las personas sentimos estas emociones y no son malas por sí mimas, ya que nos ponen en alerta ante un peligro y nos predisponen a actuar en consecuencia. El problema llega cuando estas situaciones no son realmente amenazantes y las percibimos así, o cuando aunque lo sean, reaccionamos de manera muy exagerada ante ellas.
En este artículo hablamos de...
¿Cómo ayudar a los niños a superar el estrés y el miedo?
–Ayudarles a identificar sus emociones: es importante que los niños vayan entendiendo que lo que sienten es estrés o miedo. Así que les ayudaremos a descubrir como se siente su cuerpo cuando se encuentra en tensión, por ejemplo le preguntaremos si tiene mariposas en el estómago, le duele la cabeza, la barriga, tiene ganas de vomitar, el corazón le late más rápido, tiembla, suda, está inquieto, no puede pensar con claridad, etc. y le explicaremos que eso es a causa de su nerviosismo. También le ayudaremos a descubrir que pensamientos le vienen a la cabeza relacionados con su estrés y que colaboran a mantener ese estado de ansiedad, por ejemplo “no lo conseguiré”; “no lo voy a hacer bien”, “si me quedo a oscuras me pasará algo malo”…
– Enseñarles a identificar esas emociones en los demás: ayudarles a descubrir expresiones faciales en otras personas, conductas o síntomas que nos indiquen que el otro está nervioso o tiene miedo, para que así puedan actuar en consecuencia.
–Favorecer su expresión emocional: incentivar que expresen como se sienten y nunca burlarse o menospreciar sus sentimientos. Se trata de hablar con los niños abiertamente de sus miedos, intentar entenderlos y nunca ignorarlos.También es bueno expresar en voz alta nuestros temores y cómo nos vamos a sobreponer a ellos o cómo les hemos superado.
–Ser un buen modelo de manejo de las emociones: los niños imitan lo que ven hacer a sus padres y otros adultos cercanos, por lo que la manera en que nosotros mismos nos enfrentemos a las situaciones que nos dan miedo, será un ejemplo a seguir por los más pequeños.
–Evitar la sobreprotección y potenciar su autonomía: fomentar la independencia y autonomía del niño, valorando su esfuerzo por mejorar y viendo los errores como una oportunidad de aprendizaje, favorecerá que los niños vayan perdiendo sus miedos y crezcan emocionalmente.
–Apoyarles para que vayan enfrentando sus temores poco a poco, sin forzarle y con nuestro apoyo.
–Valorarles: haciéndoselo saber a través de nuestros elogios, nuestra actitud y estando ahí cuando lo necesiten.
–Enseñarles técnicas de relajación y de respiración profunda, lenta y regular, para que las utilicen cuando estén nerviosos.
–Ofrecerles alternativas que favorezcan su relajación cuando se encuentren tensos y estresados: como jugar, realizar ejercicio físico, el contacto físico positivo (abrazos, caricias, masajes,…), oír música, el humor,etc.
– Utilizar la imaginación visualizando escenas positivas para combatir la preocupación o la ansiedad.
El manejo de las emociones de forma adecuada ayudará a los niños a tener un mayor bienestar emocional, personal y social, en definitiva, mayor felicidad.
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