Afrontar la muerte de un ser querido es un proceso doloroso para todos los afectados y si hay niños implicados se hace difícil comunicárselo. Es normal que los adultos nos hagamos algunas preguntas como las que intentaremos desentrañar a continuación, del tipo ¿cómo hay que decírselo? ¿cómo va a reaccionar? ¿es bueno que vaya al cementerio?
Foto vía Flickr por DarJaime
Actualmente es muy habitual que se intente proteger a los niños, evitándoles hablar de la muerte, ocultando o suavizando este hecho, pero para que el niño sea una persona emocionalmente sana, capaz de afrontar una pérdida cuando suceda, debe conocer todas las implicaciones que tiene, con un lenguaje adecuado a su edad. Por lo que debemos aprovechar situaciones de la vida cotidiana, como la muerte de una mascota o de un conocido, para explicarles lo que significa, sin eludir las preguntas del niño.
Cuando se produce la muerte de un ser querido ¿cómo se lo decimos y actuamos?
Se debe decir cuanto antes, de manera suave pero clara y sin esconder la realidad. Si se utilizan eufemismos, el niño no lo comprenderá totalmente y puede llegar a asustarse por cosas cotidianas. Por lo que habrá que evitar decir cosas como “hemos perdido a papá”, “se ha quedado dormido pero no va a despertar”, ya que el niño puede llegar a temer quedarse dormido o perderse. El pequeño debe entender que la muerte es irreversible, en ella se produce la paralización de las funciones vitales y es universal.
Es importante hacerle entender que la muerte no es culpa suya, ya que es común que los niños tengan pensamientos del tipo ” se murió porque no quise darle un beso o porque no le fui a ver,…”
Por otro lado, es bueno que expresen sus emociones y que pregunten todo lo que necesiten saber. Por eso tampoco nosotros debemos ocultar nuestros sentimientos delante del niño, ya que si lo hacemos pensará que eso es lo correcto y no se abrirá a nosotros.
El niño necesita hacer algún ritual de despedida de su ser querido. Aunque es una decisión familiar que el niño asista al funeral o al velatorio, a partir de los 6 años si el niño desea ir estaría bien que se le diera esa oportunidad, siempre explicándole con todo detalle lo que se va a encontrar: personas tristes, de negro, una caja de madera, velas, flores,… para que lo anticipe y tenga sensación de mayor seguridad. Si el niño no quiere asistir, tampoco debemos obligarlo. Lo que siempre es deseable, es realizar algún ritual que suponga decirle adiós al ser querido, por ejemplo poniendo unas velas, recitando un poema o una oración, etc.
¿Cómo puede reaccionar el niño?
Cuando un niño recibe la noticia de una pérdida puede reaccionar de muchas maneras diferentes:
- Puede, en un principio, mostrarse indiferente y según escucha el anuncio marcharse a jugar. Pero es importante tener en cuenta que, no es que el niño sea insensible, es que el juego es la forma que tienen los niños de canalizar sus emociones (en ese momento quizá demasiado intensas) y de comprender representándolo lo que está pasando. Por otra parte, hay niños que pueden estar mucho tiempo sin parecer afectados y de repente llegar a un periodo en el que lloran a menudo acordándose de la persona fallecida.
- Otros niños pueden reaccionar con rabia, enfado, culpa o tristeza. Es importante hablar con ellos de sus emociones y estar ahí cuando nos necesiten, siendo fundamentales las muestras de cariño.
- También son habituales las regresiones como volverse a hacer pis en la cama, tener miedos,…
- O los síntomas físicos como pérdida de apetito, de sueño, aislamiento,…
¿Cómo podemos ayudar al niño?
Para que el niño exprese sus sentimientos, es imprescindible que nosotros hablemos de cómo nos sentimos con la muerte de nuestro familiar. También es buena idea que recordemos a esta persona hablando de ella, sobre cosas que hacía, experiencias vividas, etc.
Algo fundamental, es transmitirle al niño seguridad y confianza en el futuro, ya que le pueden asaltar muchos temores sobre que pasaría si también les faltaran otros seres queridos.
Para terminar, si vemos que el duelo se alarga demasiado o sus reacciones son desproporcionadas, está demasiado triste, se aísla, no quiere comer, etc. sería adecuado buscar ayuda profesional.
la verdad es que si para los mayores es díficil de entender cuanto más ha de ser para los niños. ojalá nunca tuvieramos que dar esas noticias.
Me gustaría que echaráis un vistazo a mi blog: “El nuevo negro. Diario de una It Woman”. http://www.elnuevonegroblog.com
Estoy empezando y nunca vienen mal opiniones expertas. Gracias!!!
Los cuarenta son el nuevo negro.
Hola It Woman, gracias por tu aportación. Mi opinión en tema de blogs no puede considerarse experta, pero he echado un vistazo a tu blog personal y tiene una estética muy bonita. Los temas que tratas no tienen que ver con la temática de nuestro blog si no que son más personales y, aunque no los he podido ver en profundidad, seguro que interesantes.
¡Buena suerte en tu aventura digital!
Un saludo
Felicidades por el post!
Tema difícil de manejar por muchos padres. Muchas gracias por tu contribución.
Muchas gracias Yolanda, tu comentario me inyecta una buena dosis de motivación, sobre todo viniendo de una profesional con una amplia experiencia como la tuya.
Un saludo.