Existe una lacra en nuestra sociedad más frecuente de lo que pensamos pero que no sale a la luz más que en contadas ocasiones: el abuso sexual infantil. Y ¿qué podemos hacer para prevenirlo?
Para empezar tenemos que tener claro que aunque les demos a los niños algunas claves de cómo cuidarse y prevenir abusos somos los adultos los que debemos protegerlos. ¿Qué hacemos entonces?
1.Informarse sobre lo qué es el abuso sexual infantil y cómo actuar en el caso de que ocurra
Es fundamental conocer lo qué es el abuso sexual infantil, qué signos pueden alertarnos de que el niño lo esté sufriendo y cómo actuar en este último caso. Para ello podéis leer el artículo Cómo actuar frente al abuso sexual infantil.
2. Mejorar la comunicación con los niños
Fomentar la confianza y la comunicación abierta con los niños es clave para que los niños nos cuenten sus preocupaciones y sus miedos. Desde que son pequeños los padres debemos favorecer que los niños expresen sus sentimientos y tengan plena libertad de hablar con nosotros de cualquier tema.
Además, el niño debe de ir asumiendo responsabilidades y aprender a tomar sus propias decisiones. Nunca se le debe decir a un niño “Tienes que obedecer siempre a papá y mamá o a tu profesora”. El niño tiene que poder decir “no” a ciertas cosas, ya que hay que tener en cuenta, que la mayoría de los abusos son perpetrados por personas de confianza para el niño a los que está acostumbrado a obedecer. Pero hay saber que, para el niño, siempre va a ser muy difícil decir que no a estas personas en las que confía, por lo que, sobre todo, hay que trabajar para desarrollar su confianza en nosotros para que sea capaz de transmitirnos sus inquietudes.
Tratar con respeto al niño, sin utilizar ningún tipo de violencia en su educación, le protegerá contra los abusos. El niño que está acostumbrado a la violencia en forma de cachetes,azotes, etc. llega a creer que los adultos tienen derecho a ejercerla por lo que no pensará que es algo anormal si la sufre.
3. Hablar a los niños sobre su sexualidad
Desde que los niños son pequeños hay que tratar la sexualidad con normalidad, llamando a sus genitales por su nombre y sin penalizar que el niño los explore de forma natural.
El niño debe saber que él es dueño de su cuerpo por lo que no se le debe obligar a hacer con él cosas que no quiere, por ejemplo besar o abrazar a alguien si no le apetece. El mensaje que le debemos mandar al niño es que él puede decidir si quiere que se le toque o no, o besar, abrazar, etc. a quien él quiera. Además hay que explicarle la diferencia entre las caricias de afecto y las sexuales, diciendo que ningún adulto debe tocar sus genitales y proporcionarles información sobre su sexualidad siempre adecuada a su edad.
Cuanto más independiente sea el niño en cuestiones de su higiene personal mejor, así no deberá pedir ayuda a ningún adulto. Así pues sería recomendable enseñarle cuanto antes a mantener su higiene después de ir al w.c. o a frotarse con la esponja en la bañera.
4. Hablar a los niños sobre los abusos sexuales
A los niños de menor edad habrá que hablarles sin atemorizarles sobre que, incluso algunos adultos de confianza o niños mayores, hacen, en ocasiones, cosas que no están bien y que si alguien les hace alguna cosa que no les hace sentir bien o les hace sentirse raros que pueden pueden decir que no, pero que, sobre todo, deben contarlo.
Que a veces esos adultos o niños mayores les dirán que si hablan sobre ello les harán daño a ellos o a su familia, pero que aún así deben contarlo, porque eso no pasará si lo hacen, ya que nosotros les protegeremos.
Enseñarles también que no deben tener secretos con nosotros y la diferencia entre una sorpresa y un secreto.
Recordárselo de forma periódica para que no olviden lo que les hemos enseñado.
A los adolescentes se les debe hablar claramente de los abusos sexuales y de cómo, aunque se tenga pareja, no se debe ir más allá de lo que uno quiera, sin ceder a los chantajes y presiones. También enseñarles que descalificaciones como “estrecha” ,”mojigata” son faltas de respeto que no tenemos porqué consentir, ya que somos dueños de expresar nuestra sexualidad como nos plazca. Por otro lado, también tienen que tener en cuenta, que hay personas que tienen autoridad sobre nosotros (maestros, entrenadores, padres,…) pero que eso no significa que tengan poder sobre nuestro cuerpo. Explicarles que aunque la sexualidad se suele vivir en intimidad, las relaciones no se ocultan y que si alguien nos pide que lo hagamos, tenemos que empezar a pensar que quizá esa relación no es buena, porque los sentimientos y emociones se comparten con los demás.
5. Enseñar a los niños a protegerse frente a los desconocidos
Aunque la mayoría de los abusos se producen en un entorno conocido por el niño, también se dan casos de que los abusadores son desconocidos.
Así que habrá que enseñarles a los niños conductas de protección como que no deben abrir la puerta o coger el teléfono sin permiso, usar internet sin proporcionar datos personales y con la supervisión de un adulto, rechazar invitaciones de adultos o niños mayores desconocidos y nunca marcharse con ellos, etc.
6. Los adultos debemos tomar precauciones para prevenir los abusos
Por último, decir que la mejor prevención está en nosotros los adultos, que somos los que tenemos que intentar evitar que el niño se quede solo con otros adultos que no sean de total confianza y que siempre es mejor que las actividades (extraescolares, deportivas,…) se realicen en grupo con otros niños.
Además sería recomendable que cuando se tenga que quedar a solas con algún cuidador o familiar, de vez en cuando, aparezcamos sin avisar y/o cuando el niño vuelva de estar con esta persona, preguntarle por lo que ha hecho y observar como reacciona.
Nunca hay que dejar a los niños solos con personas por las que manifieste miedo o recelo, o que no nos inspiren a nosotros una confianza plena y debemos hacer caso a nuestros instintos estando siempre alerta ante esta lacra de la sociedad.