El Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos es una iniciativa europea de salud pública anual que se celebra cada 18 de noviembre; su objetivo es sensibilizar sobre la amenaza que la resistencia a los antibióticos supone para la salud pública y fomentar el uso prudente de los mismos.
Los datos más recientes confirman que el número de pacientes infectados por bacterias resistentes crece en toda la Unión Europea, y que la resistencia a los antibióticos es una seria amenaza para la salud pública.
Usar con prudencia los antibióticos puede ayudar a detener el desarrollo de bacterias resistentes y conseguir que los antibióticos mantengan su eficacia para las generaciones venideras.
¿Qué son los antibióticos?
Los antibióticos son un tipo de medicamento que puede destruir las bacterias o impedir su crecimiento para curar infecciones en las personas, los animales y, en ocasiones, en las plantas. Los antibióticos son medicamentos que combaten las infecciones bacterianas y que no son eficaces frente a los virus. Además, no todos los antibióticos son eficaces contra todas las bacterias y un antibiótico determinado puede ser eficaz contra un sólo tipo de bacteria o contra varios.
¿Qué es la resistencia a los antibióticos?
Se dice que una bacteria ha desarrollado resistencia cuando un antibiótico específico pierde su capacidad para destruir la bacteria o detener su crecimiento. Algunas bacterias son resistentes por naturaleza a determinados antibióticos. El problema es más preocupante cuando algunas bacterias que normalmente son sensibles a los antibióticos, es decir son destruidas por esos antibióticos, se vuelven resistentes como consecuencia de alguna alteración genética (resistencia adquirida). Las bacterias resistentes sobreviven en presencia del antibiótico y siguen multiplicándose, prolongando la enfermedad e incluso causando la muerte. Las infecciones provocadas por bacterias resistentes requieren mayores cuidados así como el uso de antibióticos alternativos y más costosos que, en ocasiones, pueden tener efectos secundarios más graves.
¿Cuál es la principal causa de resistencia a los antibióticos?
La resistencia a los antibióticos puede ocurrir de manera natural como consecuencia de mutaciones en los genes de una bacteria. Sin embargo, el uso excesivo e inadecuado de los antibióticos acelera la aparición y la propagación de bacterias resistentes. Las bacterias sensibles son destruidas cuando se exponen a los antibióticos, mientras que las bacterias resistentes siguen creciendo y multiplicándose. Estas bacterias resistentes pueden diseminarse y causar infecciones a otras personas que no hayan tomado ningún antibiótico.
¿Qué es el uso «inadecuado» de los antibióticos?
Cuando se utilizan los antibióticos por un motivo equivocado: la mayoría de los resfriados, catarros y la gripe están causados por virus frente a los cuales los antibióticos NO son eficaces. En estos casos, la enfermedad no mejorará si toma antibióticos: los antibióticos no bajan la fiebre ni mejoran los síntomas como los estornudos. Cuando se usan los antibióticos de manera incorrecta: si se acorta la duración del tratamiento, reduce la dosis o no se toma la medicación con la frecuencia correcta (si toma el fármaco una sola vez, en lugar de 2 ó 3 veces al día según las instrucciones), no se tendrá una cantidad suficiente del medicamento en su cuerpo y las bacterias sobrevivirán y se harán resistentes.
¿Cómo afecta a nuestros hijos?
El abuso y mal uso de los antibióticos así como la resistencia a los mismos es un problema de especial importancia en los niños porque en los primeros años de vida se concentran la mayoría de las infecciones respiratorias, que aunque la mayoría son de origen viral, muchas son tratadas con antibióticos. De hecho, diversos estudios demuestran que los niños de hasta cinco años de edad son el grupo de población que recibe más antibióticos. Como consecuencia, algunas de las bacterias que pueden causar infecciones en los niños (otitis, amigdalitis) como es el caso de Streptococco pneumoniae, y Haemophilus influenzae presentan tasas importantes de resistencia a las familias de antibióticos considerados de primera elección.
¿Qué puede hacerse para remediar este problema?
Todos somos responsables de conseguir que los antibióticos sigan siendo eficaces. El uso prudente de los antibióticos puede contribuir a detener el desarrollo de bacterias resistentes y ayudar a que los antibióticos sigan siendo eficaces para nuestros hijos y las generaciones venideras.
- Seguir las recomendaciones de su médico cuando tome antibióticos.
- Siempre que sea posible, vacunarse para evitar las infecciones.
- Lavarse las manos y las de los niños con regularidad, por ejemplo, después de toser y estornudar y antes de tocar otras cosas o a otras personas.
- Utilizar siempre los antibióticos bajo prescripción médica. No se debe aprovechar la medicación sobrante ni tomar antibióticos obtenidos sin receta médica.
- Preguntar a su farmacéutico cómo deshacerse de los medicamentos que le sobren.
La mayoría de los procesos infecciosos por los que consultamos con nuestros hijos al pediatra del centro de salud son de origen viral y no se precisa antibiótico para su tratamiento. Sin embargo, entre las causas que favorecen el exceso de prescripción antibiótica por parte de los pediatras y médicos de Atención Primaria se encuentra la presión asistencial, así como la presión ejercida por los padres y pacientes (“¿Y para los mocos y la fiebre no me da nada?”). En resumen seamos todos responsables en el uso de los antibióticos.
Fuente: European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC).
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