Finlandia es un país que considera la educación como uno de sus pilares básicos y así lo ha demostrado obteniendo los mejores resultados académicos del mundo y sin prácticamente fracaso escolar. ¿Cual puede ser el secreto de este éxito? Como señala Heljä Misukk, Secretaria de Estado del Ministerio de Educación de Finlandia esto solo puede ser explicado por la sinergia de distintos factores y no tendría mucho sentido intentar imitar algunas de las características de su sistema educativo por separado. En este artículo intentaremos explicar algunas de las claves de su excelente modelo educativo.
Foto por ezioman
En este artículo hablamos de...
La educación en Finlandia: ¿qué la hace diferente?
Finlandia posee unas características culturales y demográficas particulares e irrepetibles. Se trata de un país pequeño (con unos 5 millones de habitantes), con bajos índice de delincuencia, baja inmigración y altos niveles de satisfacción general.
El modelo educativo finlandés continúa vigente independientemente de quien gobierne. Se trata de una enseñanza democrática (accesible a todos por igual) y gratuita en todos sus aspectos (colegios, transporte, libros, material, comedor,…) Prácticamente no existen colegios privados y los centros no compiten entre sí para ver cual es mejor, sino que todos son colegios donde se imparte una buena educación.
La educación en Finlandia obligatoria comienza a los 7 años de edad. Los niños tienen menos horas lectivas que la media europea y prácticamente no tienen que hacer deberes en casa ( por lo que está claro que no es una cuestión de cantidad sino de calidad).
Algo fundamental es que los maestros allí están muy bien considerados y es una de las profesiones más demandadas por los jóvenes. Además sólo consiguen acceder a esta profesión los mejores de cada promoción de estudiantes y el respeto de la población hacia los docentes es patente. En la carrera de magisterio gran parte de su aprendizaje se dedica a los métodos pedagógicos y tienen que realizar un mínimo de 6 meses de prácticas reales supervisadas para adquirir su título.
Los centros escolares y los propios maestros disponen de mucha libertad a la hora de diseñar sus propios programas educativos y adquirir sus materiales.
La escuela es participativa para padres y alumnos y se basa en el respeto mutuo. Los niños eligen a sus representantes, que se reunen de forma periódica con padres y profesores para exponer sus problemas. Se facilita el diálogo y la libre expresión. Además son los niños los que eligen su itinerario escolar con ayuda, si lo necesitan, de orientadores. Al final de cada año todos los niños se reunen con sus padres y profesores para evaluar sus progresos.
El ambiente de la escuela, tanto físico como emocional, se cuida mucho, intentando que sea familiar e informal. Los profesores son más tolerantes con las pequeñas faltas y se confía en los alumnos. Se promueve que los niños se encuentren en un ambiente relajado, por poner algunos ejemplos, a los niños no se les evalúa con cifras hasta que cumplen los 13 años (aunque si que se les informa de sus progresos) y las clases duran 45 minutos y después de cada una los alumnos tienen un descanso de 15 minutos en los que salen al patio.
Se fomenta la autonomía de los niños y su pensamiento crítico. En Finlandia es más importante que los alumnos aprendan a pensar, trabajar en equipo o investigar que que adquieran determinados contenidos. Para ello el profesor con las sugerencias de los alumnos puede utilizar distintas metodologías desde realizar proyectos reales de creación de empresas hasta emplear obras de teatro, películas o libros en sus aprendizajes. Sus aprendizajes son muy prácticos, e incluso los niños tienen clases de cocina o de bricolaje.
El ritmo de aprendizaje se adapta a cada niño, siendo el objetivo que ningún niño se quede atrás. Si un niño tiene dificultades se le proporciona un profesor de apoyo en el aula.
En Finlandia se le da importancia al uso de las nuevas tecnologías, por lo que los profesores están al día de su uso y las utilizan en sus aulas de forma habitual. Los niños utilizan distintos dispositivos electrónicos en sus clases que son interactivas y donde se buscan las respuestas a los problemas entre todos y aprenden jugando.
Conclusiones
Para concluir y teniendo en cuenta que por ejemplo,en Finlandia el fracaso escolar ronda el 1% cuando en España está cerca del 30%, parece un buen modelo educativo al que imitar,¿no os parece?
No se trata tanto de aumentar el soporte material y de nuevas tecnologías (que también es necesario), como de un cambio en la manera de enseñar. Se trata de que los niños aprendan a pensar, investigar, innovar y relacionarse más que adquirir contenidos concretos, y hacer todo eso de forma práctica y lúdica.
Otro aspecto fundamental está en el respeto que allí tienen a los profesores, su excelente preparación y cómo los docentes incluyen en sus planificaciones pedagógicas a padres y alumnos. El niño cuenta, se le escucha, se le informa directamente y participa en el diseño de su propia enseñanza ¿no parece lo lógico?