Lo más característico de la terapia familiar es que entiende al individuo en su entorno inmediato y significativo, la familia, y no como algo separado de ella. Así pues, la terapia sistémica familiar, entiende que las patologías y problemas del individuo no surgen aisladas de su entorno y como tales, deben ser evaluadas y tratadas en dicho entorno, siendo su entorno más cercano y significativo, en la mayoría de la situaciones, la propia familia.
Una persona crece, se desarrolla y va conformando su personalidad y características, dentro del seno de una familia, por lo que es lógico pensar que la familia influye en esa persona en todos los aspectos de su persona: comportamientos, sentimientos, tendencias, ideologías y creencias… Cada persona crea dos vínculos fundamentales con su familia, la filiación, la forma en la que se produce la descendencia, y la alianza, la unión que tienen esos familiares por el hecho de compartir esos lazos de sangre.
La terapia familiar ofrece la ventaja de tener en cuenta todos esos factores de la familia que influyen en la persona, tanto en la evaluación como la intervención. Pero esto hace que también sea una terapia más compleja a la hora de evaluar el problema que puede presentar la persona.
Las familias son conjuntos dinámicos, por lo que es difícil que mantengan siempre un equilibrio, y es normal que existan momentos de crisis, que afectarán de distinta forma a cada uno de sus miembros.
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Qué hace el terapeuta en la terapia familiar
El terapeuta debe ser suficientemente hábil y debe estar bien formado para poder manejar al individuo como un miembro de la familia y resolver los problemas que tenga valorando todos los factores que pueden influirle. Para ello, debe ser capaz de:
- Influir sobre las relaciones de los miembros de la familia y resolver posibles problemas de estas relaciones.
- Conseguir que la familia asista a terapia y expresen sus problemas.
- Conseguir que la familia sea capaz de resolver por sí misma sus propios problemas.
Cuáles son las posibles indicaciones y contraindicaciones de la terapia familiar
Indicaciones
– A nivel infantil, en casi todas las problemáticas que pueden darse.
– A nivel de la tercera edad, prácticamente también en todas las problemáticas.
– En alteraciones psíquicas del adolescente y en muchas del adulto.
– En problemas de toxicomanías y adicciones, trastornos de la alimentación-
– Trastornos relacionados con el postparto.
– En afecciones psicosomáticas, trastornos de personalidad…
Contraindicaciones
– En casos en los que el terapeuta sea incompetente o sin experiencia y pueda ocasionar más daño que beneficio.
– Cuando hay un alto riesgo de suicidio en el que el afectado sienta que es un escape a la presión familiar.
– En los casos de delirio paranoico grave de algún miembro de la unidad familiar.
La terapia de familia significa entender que la persona tiene un problema y que el mismo está relacionado (originado, mantenido, ampliado, modificado…) por la familia que lo rodea, y por lo tanto, debe ser tratado entiendo la familia como un conjunto.