No me puedo quejar con mis hijos, pero de vez en cuando tengo que recordarles las cosas que hay que hacer, cómo hacerlas, cuándo…..qué os voy a contar que no sepáis!.
No me gusta ser la típica madre cansina, y como estoy segura que mis hijos no sufren de sordera, no hace falta repetir hasta la saciedad las cosas y menos gritando.
Desde un tiempo para aquí, con mi chico grande estoy haciendo Tablas de Incentivos. Empezamos con el tema de que no se olvidase la ropa de gimnasia en el vestuario del cole, o con que hiciera los deberes limpios y ordenados, poco a poco.
No creo que haya que atosigarles con muchos objetivos a la vez. Cuando consigan el que en ese momento consideremos que es más importante, pues iremos a por otro. Esta es mi humilde opinión, y claro, yo estoy hablando de niños pequeñitos, si ya hablamos de otras edades es otra cosa, ya me tocará!.
Todo esto se basa en unas normas claras de conducta y en cumplir unas rutinas, dejarles claros los límites y objetivos a cumplir. Con esto favorecemos la autonomía de los niños.
Estas tablas tratan de premiar la conducta, no de castigar. Junto con el niño pactaremos el premio a conseguir: ir al cine, jugar en el parque, hacer una excursión…. (no es necesario que sea algo material!).
Aquí os dejo algunos ejemplos de tablas de incentivos: