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¿Qué es el flúor?
El flúor es un elemento químico, que cuando se consume en cantidades óptimas se consigue aumentar la mineralización dental y la densidad ósea, reducir el riesgo y prevalencia de la caries dental y ayudar a la remineralización del esmalte en todas las épocas de la vida. Pero si se toma flúor en exceso, puede aparecer una coloración marrón (manchas dentales) en los dientes llamada fluorosis dental.
¿Cómo actúa?
Según el modo de administración del flúor, ya sea vía oral o tópica, distinguimos:
- Efecto sistémico.
a) Pre-eruptivo
Tras su absorción intestinal y su paso a la sangre, el flúor se incorpora a la estructura mineralizada de los dientes en desarrollo y probablemente incrementa muy levemente la resistencia a la desmineralización frente a la acción de ácidos orgánicos. Por lo que se desaconseja el empleo de excesivo flúor sistémico sobre todo antes de la erupción dental (en la embarazada y antes de los 6 meses de vida).
b) Post-eruptivo
Tras la erupción dental, el flúor sistémico sigue estando poco implicado en la formación de la estructura orgánica dental. Tan solo la fracción excretada por saliva tendría una acción significativa protectora de caries dental.
- Efecto tópico.
El flúor tópico únicamente actúa tras la erupción dental, ya que estando presente en la fase fluida de la superficie dental es el que realmente disminuye la desmineralización y aumenta la remineralización del esmalte, siendo clave la frecuencia de la exposición al flúor. Este efecto post-eruptivo tópico es el que se cree más adecuado para prevenir la caries dental, por lo que se debe recomendar el flúor tópico toda la vida e insistir en el papel remineralizador de dosis bajas de flúor administradas de forma continua.
Juan Miguel Ramirez via Compfight
¿Cómo se administra?
La administración de flúor puede realizarse de forma sistémica o tópica. La administración sistémica puede, a su vez, hacerse de modo colectivo (fluoración del agua potable) o individual. La aplicación tópica también puede realizarse mediante preparados concentrados (geles, barnices), colutorios o pastas dentífricas
- Flúor sistémico colectivo.
La fluoración artificial del agua de consumo público ha sido la medida más eficaz y económica para la profilaxis colectiva de la caries dental, ya que no necesita cooperación diaria y consciente de los interesados. . Sin embargo, en poblaciones con baja prevalencia de caries dental y con medidas de higiene dental con flúor bien instauradas, la fluoración de agua no es ya la única opción.
El motivo del aumento de fluorosis dental en los países con aguas fluoradas artificialmente se atribuye además a la amplia difusión de dentífricos y colutorios muy ricos en flúor. Por tanto, son los países más desarrollados los que más riesgo tienen de padecer la fluorosis dental, ya que hay mayores cantidades de alimentos elaborados con agua fluorada y mayor higiene dental (más flúor tópico que puede ser ingerido). La Academia Europea de Dentistas Pediátricos avala la política de mantener el agua fluorada artificialmente allí donde ya se esté realizando, si técnicamente es factible y seguro.
- Flúor sistémico individual.
Los suplementos orales de flúor se establecieron para ofrecer flúor a comunidades donde no se podía fluorar el agua. Por ello, la cantidad de suplemento administrada se realiza en función de la concentración de ión flúor del agua de consumo (esta concentración se puede conocer a través de las consejerías de salud o de medio ambiente de las comunidades autónomas).
Se recomienda que los suplementos orales de flúor se administren sólo si se lo indica su pediatra o dentista, teniendo en cuenta si el niño no se cepilla (o lo hacen sus padres) los dientes dos veces al día, si el niño pertenece a un grupo de riesgo de caries dental (hábitos alimentarios inadecuados con exceso de azúcares, deficiente higiene dental, alteraciones morfológicas de la cavidad oral, historia familiar de caries, caries activas, enfermedades con aumento de riesgo de caries etc.), y según el tipo de agua de bebida. Será siempre el especialista quien indica la dosis adecuada, teniendo en cuenta todos estos datos.
- Flúor tópico.
Como ya hemos mencionado anteriormente, la acción protectora del flúor se manifiesta en una disminución de la desmineralización y un aumento de la remineralización de las lesiones incipientes, para lo que es importante contar con suficiente flúor en la superficie dental, de ahí la importancia del flúor tópico.
- Geles y barnices
Tienen una alta concentración de flúor y son aplicados por el dentista en situaciones especiales, siendo generalmente el grupo diana los niños con alto riesgo de caries dental.
- Colutorios
Se emplean soluciones diluidas de sales de flúor con las que se realizan enjuagues bucales diarios (0,05%) o semanales (0,2%), siendo éste un método efectivo de administración tópica de flúor.
Un enjuague semanal, es el que suele emplearse en los programas escolares de prevención comunitaria de la caries dental, y se recomienda a partir de los 6 años para asegurarnos que el niño no ingiere el líquido.
Se aplican en forma de enjuagues que, después del cepillado, se movilizan en la boca durante un minuto. Después debe escupirse todo el líquido y no se debe beber agua durante media hora.
- Dentífricos fluorados:
Basta con aplicar en el cepillo de dientes una cantidad de pasta similar al tamaño de un guisante. En menores de 2 años se les puede cepillar los dientes con agua, con un dentífrico sin flúor o con uno con flúor a baja concentración (250 ppm). Entre los 2 y los 6 años la pasta dentífrica debe contener menos de 500 ppm. Para niños de 6 a 14 años la pasta tendrá entre 1.000 y 1.500 ppm del flúor. Esta composición suele estar indicada en la etiqueta del producto.