¿Tu hijo pequeño se esconde detrás de tus piernas cuando le habla un extraño? ¿No se acerca a jugar con otros niños? Si ese es el caso, te interesará este artículo en el que se dan algunas claves para afrontar la timidez de los niños pequeños.

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¿Se nace tímido o  se hace?

Los últimos estudios científicos apuntan que la timidez tiene un origen genético. Concretamente la presencia de una determinada variante del gen 5- HTTLPR presdispone a mostrar determinanos comportamientos relacionados con la timidez.

Entonces, ¿si nacemos con esa variante del gen seremos inevitablemente tímidos? Rotundamente no. Los niños que de pequeños son retraídos pueden llegar a ser unos adultos abiertos y extrovertidos, ya que el aprendizaje social influye mucho y un papel muy importante para que esto llegue a ser así lo tenemos los padres, como veremos mas adelante.

¿Es malo ser tímido?

Todos somos tímidos en algún momento y es normal que el niño sea retraído con personas desconocidas o ambientes  nuevos. Una medida dosis de desconfianza puede ser más sana que un niño que se va con el primero que pase.

Además, es normal que los niños pequeños tengan miedo a lo desconocido y necesitan de la figura de sus padres para sentirse seguros. Sólo a partir de los 5-6 años de edad es cuando algunas actitudes de timidez extrema pueden llegar a ser un problema.

Los padres, en ocasiones, al querer lo mejor para nuestros hijos, nos planteamos  que nos gustaría que el niño fuera  de determinada manera o que sería mejor para él relacionarse más. Pero ¿está bien no aceptarle como es? Lo primero que debemos reconocer los progenitores, es que la timidez en un grado razonable no es un problema y que comportamientos como los de jugar con pocos niños no son negativos, ya que incluso le pueden ayudar a crear relaciones especiales (capacidad que de adulto le permitirá tener amistades verdaderas).

Ahora bien, si el niño se encuentra aislado o muestra una ansiedad excesiva a la hora de relacionarse con los demás o al enfrentarse con situaciones nuevas, si que sería recomendable consultar con un profesional para que analice la situación y proponga unas pautas de actuación que le ayuden a sentirse mejor en las situaciones sociales.

¿Qué podemos hacer los padres?

• Aceptar al niño como es ,no etiquetarle, ni compararle:si el niño se muestra tímido nunca debemos etiquetarle como tal y menos delante de los demás. Por ejemplo si el niño se esconde, en vez de decir, “Es que es tímido”, podemos decir algo así  “A veces necesita un tiempo para acostumbrarse a la gente nueva. Cuando se haga a usted, se sentirá mejor para hablar”  Así evitamos ponerle una etiqueta y le proporcionamos al niño una posibilidad de interactuar cuando se encuentre más cómodo. Y por supuesto, nunca debemos compararle con los demás.
• Proporcionarle experiencias de interacción: hay que exponer al niño  a distintas situaciones sociales y variedad de gente desde pequeño (ir al parque, excursiones, actividades,…). Esto no quiere decir que se le presione para relacionarse con los demás, sino no que se le proporcione oportunidades de interacción. Lo que no hay que hacer es forzarle a realizar actividades que le resulten muy difíciles de afrontar, se le pueden hacer sugerencias que quizá el niño acepte o no (hay que darle tiempo y ser paciente). Tampoco es bueno hablar por el niño para evitarle vergüenza, ya que le robamos una oportunidad de interacción, además de reforzar un comportamiento tímido.
• Ser un buen modelo: los padres somos la guía del niño, por lo que al relacionarnos con los demás debemos de mostrar habilidades sociales adecuadas que le ayudarán en su aprendizaje.
• Fomentar su independencia y autonomía: la sobreprotección fomenta la timidez, por lo que se les debe dar a los niños autonomía, responsabilidad y la oportunidad de tomar decisiones.
• Mejorar su autoestima: resaltar lo que hace bien, mostrar interés por sus preocupaciones, intereses y mostrarle nuestra cercanía tanto física como afectiva.

En definitiva, a los niños pequeños no hay que forzarles a ser sociales, sino reconfortarlos con una sonrisa cuando se sientan inseguros y transmitirles confianza y aprecio. Lo importante es que se sientan queridos y seguros. ¿Estáis de acuerdo con esto? ¿Cuál es vuestra experiencia?  ¿Vuestro hijo se esconde o no para de hablar con los demás?