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¿Qué es una fobia infantil?
En muchas ocasiones usamos términos como ansiedad, miedo o fobia indistintamente, para describir las mismas conductas en el niño. En las fobias se desencadenan hasta 4 tipos de respuestas distintas:
– Respuestas conductuales (las más llamativas): evitación activa del objeto que provoca la fobia, evitación pasiva, escape o alteración de la conducta que venía realizando.
– Respuestas psicofisiológicas: aumenta la tensión de los músculos, comenzamos a sudar, se acelera el ritmo cardíaco y respiratorio, etc.
– Respuestas emocionales: asociamos emociones negativas al objeto que provoca la fobia, o bien asociadas a experiencias previas, o a experiencias que hemos visto en otros, etc.
– Respuestas cognitivas: evaluamos el objeto amenazante, evaluamos nuestra propia conducta como insuficiente o inadecuada (lo que nos pondrá más nerviosos), pensamos y nos preocupamos por nuestras reacciones psicofisiológicas, pensamos en como escapar y evitar el objeto, analizamos posibles daños, etc.
Sin embargo, la fobia (o miedo) y la ansiedad se diferencian de dos formas. Por un lado, en la ansiedad predominan las respuestas cognitivas o son más importantes y en la fobia las conductuales. Y por otro lado, la ansiedad se relaciona más con estímulos internos propios, mientras que la fobia con estímulos externos.
Fobias específicas
Tienen varias características que pueden justificar el que los padres acudan al psicólogo para buscar soluciones:
- Las respuestas del niño son claramente inadecuadas y no benefician.
- Las respuestas del niño son desproporcionadas al objeto que las desencadena.
- Los tratamientos psicológicos existentes en la actualidad para las fobias específicas, han demostrado una gran eficacia en la eliminación de estas fobias.
Hay fobias de muchos tipos distintos y por nombrar algunas de las más frecuentes:
– Médico-sanitarias: inyecciones, sangre , “síndrome de la bata blanca”, heridas…
– Animales: perros, gatos, arañas, insectos, serpientes, ratas…
– Medios-vías de transporte: coches, aviones, trenes, barcos, puentes, túneles, ascensores…
– Ambientales: tormentas, rayos y truenos, ventiscas…
– Otras: oscuridad, ruidos fuertes, habitaciones pequeñas…
Las investigaciones actuales, han llevado a clasificar las fobias infantiles en 5 tipos:
- Miedo a lo desconocido: seres fantásticos, oscuridad.
- Miedo al fracaso y a la crítica (similar a la fobia social en los adultos)
- Miedo al peligro, al daño físico y a la muerte.
- Miedo a los animales y a las heridas.
- Miedos médicos.
Los miedos infantiles son muy frecuentes, llegando a oscilar su prevalencia entre el 30% y el 50% de los niños, aunque su evolución natural es que desaparezcan en gran medida en la adolescencia. Todo lo contrario es lo que ocurre con las fobias sociales, normalmente suelen aumentar a medida que qe pasamos a otras etapas de crecimiento.
Las más comunes según las edades son las siguientes:
Edad Tipo de miedo
0 a 1 año | Llorar ante estímulos desconocidos |
2 a 4 años | Miedo a animales |
4 a 6 años | Miedo a la oscuridad y a los seres fantásticos e imaginarios |
6 a 9 años | Miedo al daño físico, al dolor y al ridículo por falta de habilidades escolares y deportivas |
9 a 12 años | Miedo a incendios, accidentes, sufrimiento y enfermedades graves |
12 a 18 años | Miedos sociales, al fracaso, al aspecto físico y a la capacidad intelectual |
¿Cuál es el origen de las fobias?
Las distintas causas de su origen son:
– Condicionamiento por experiencias previas con el objeto: hemos tenido una mala experiencia previa, o lo hemos observado en otros y lo hemos aprendido, o a través del modelado por parte de los padres…
– Preparatoriedad de la especie humana: biológicamente parece que estamos preparados para emitir determinadas respuestas ante ciertos estímulos, que en otras épocas del pasado, nos vinieron muy bien para sobrevivir.
– Cierta predisposición en el niño, también puede influir en su aparición.
¿Cuál es el tratamiento de las fobias infantiles?
Hay dos consejos preventivos para los padres que son fundamentales:
– Procurar educar al hijo en la autonomía. La sobreprotección es el mejor de los aliados para que se generen fobias en el niño.
– Hay que facilitar la expresividad en el niño. No cohibir sus expresiones de miedo, sus reacciones conductuales, pero si facilitarle hablar de todos estos temas, para explicarle y aclararle todos sus miedos y lagunas (así no las rellenará con seres fantásticos e imaginarios, por ejemplo).
Hay varias técnicas terapéuticas para el tratamiento de las fobias, de entre las cuales, las más eficaces son dos:
- Desensibilización sistemática en vivo: establecemos una jerarquía de situaciones en las que el niño se va a acercando gradualmente al objeto fóbico, y no pasa al nivel siguiente, hasta que el anterior haya conseguido estar completamente relajado.
- Desensibilización sistemática en imaginación: es el mismo procedimiento pero las situaciones y el objeto fóbico se presentan imaginados.
Si tu hijo tiene fobias o miedos que persisten a pesar de la edad, si éstas le alteran las relaciones sociales o la dinámica normal de vuestra vida familiar, o su respuesta es completamente exagerada, no lo dudes y acude a un especialista que lo evalúe y establezca un plan de tratamiento.