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Información¿Qué os parecería que vuestro hijo aprendiera a dormir sólo y disfrutara mientras aprende? Maravilloso ¿no? Es lo que pretende una técnica basada en la modificación de conducta como es el utilizar el refuerzo positivo (premios, elogios,…) o la economía de fichas para conseguir dormir sin llorar. Con mi niña de casi 3 años he utilizado los premios para la adquisición de muchos hitos en su vida, como dejar de usar el pañal por la noche, y además de que ha funcionado la he visto feliz durante el proceso y ¿hay algo mejor qué verla disfrutar?
La rutina
Antes de empezar a enseñar al niño a dormir solo, nos ayudará mucho en este procesos repetir unos hábitos que formen parte de su rutina diaria del sueño. Estos hábitos pueden ser: ponerle el pijama, bañarle, leerle un cuento, … pero siempre los mismos.
Los premios: refuerzo positivo
Se trata de ofrecerle un premio al niño cuando se ha comportado de acuerdo con unas normas establecidas y claras que se le han dicho anteriormente. No se puede empezar con un objetivo difícil de cumplir o poco realista, por ejemplo, que se duerma solo y no nos llame en toda la noche. Es mejor empezar por pequeños objetivos para asegurarnos que el niño lo consiga y poco a poco aumentar las exigencias que hacen que logre el premio.
Foto por Leonid Mamchenkov
¿Cuándo se puede utilizar?
Para que funcione, el niño tiene que ser capaz de comprender la gratificación aplazada, ya que el premio no lo recibe hasta el día siguiente por la mañana, y esto suele ser sobre los tres años.
¿Qué premios usamos?
El premio puede ser un abrazo, elogios, un juguete,…
Como nosotros los padres somos los que mejor conocemos al niño sabremos lo que más le gusta, no siempre tiene que ser algo material. Puede ser jugar con él a una determinada actividad, ir a algún sitio, un abrazo,…
Una alternativa es que el premio se lo puede dejar debajo de la almohada o en otro lugar el “duende del sueño” u otro personaje de ficción que le guste al niño. Si se le echa imaginación se le puede motivar e ilusionar al niño un montón.
¿Cuándo dejamos de dar premios?
Cuando el objetivo se ha conseguido, se puede seguir con el sistema unas semanas más y luego ir “olvidándose” de poner los premios algunos días pero otros días dárselos, o decir que el duende de sueño ha ido a visitar a otros niños pero al día siguiente le vuelve a visitar. Es importante seguir elogiando al niño, aunque ya no se le de un premio material.
La economía de fichas
Otra opción similar a los premios es usar la economía de fichas. Este sistema suele funcionar bien a partir de los 4 años.
Consiste en elaborar un calendario con los días de la semana y cada vez que el niño duerme solo gana una ficha (que puede ser una estrella, punto, pegatina, etc) que se coloca con el niño en el calendario cada mañana. Si reúne fichas durante quince días seguidos le regalas un juguete o algo que él desee mucho (por ejemplo un día en el zoo o en el circo).
Igual que con los premios, antes de empezar con este sistema, hay que explicárselo al niño y llegar a un acuerdo con él sobre qué premio quiere y cuántas fichas debe lograr para conseguirlo.
Una vez que se ha conseguido que el niño duerma solo, hay que retirar el sistema pero continuar con elogios, abrazos, para que no se pierda lo que ha logrado.
¿Te ha parecido interesante? ¿Lo has usado con tus niños? Déjanos tu comentario, para que aprendamos todos de tu experiencia.
EStoy totalmente de acuerdo con lo comentado por Elena. Mi hija tiene 6 años y por problemnas de salud no aprendió a dormir hasta los cuatro. A partir de esa edad utilizamos tanto el refuerzo positiivo (premios que se encontraba al día siguiente encima de la mesa cuando acudíia a desayunar) y la economía de fichas, además de los halagos y besos, abrazos…etc.
He leído otro artículo en cómete la sopa, relacionado con otro tema y me ha gustado por el contenido, por la esencia, pues en él se hacía referencia al sentido común y es que creo que uno de los problemas al que nos enfrentamos muchos padres es el miedo a no hacerlo bien, a no ser perfectos, al acudr siempre a una guía profesional y a buscar la receta adecuada. Pues bien, yo pienso que todo eso está fenomenal pero que debemos tener en cuenta que la crianza y la educación de nuestros hijos debe partir del afecto (eso siempre, tengan la edad que tengan) y del sentido común.A mediada que nuestros hijos van creciendo los padres crecemos con ellos, ellos mismos nos enseñan y nos marcan un ritmo. Mi hijo mayor ha entrado ya en la adolescencia,etapa, que por sus características comunes a todo ser humano,asusta un poquito. Pero casi sin quereer te adentras en ella, buscas información, hablas con profesionales, con otros padres que tienen experiencia en el tema, pero sobre todo no le dejas de demostrar a tu hijo en ningún momento lo mucho que le quieres y además, insisto, utilizas EL SENTIDO COMÚN.
Gracias a todos los profesionales que haceis posible “Cómete la sopa” , pues toda la ayuda es buena para el quehacer diario de una madre/ un padre.
Gracias a ti Teresa, porque gracias a comentarios como estos nos animamos a continuar con este proyecto, lo que no es siempre fácil, ya que sacar un ratito para escribir resulta a veces muy complicado, ya que hay que trabajar, atender a las niñas, la casa,…
Así que gracias y espero que te siga interesando el blog y que continúes aportando tus experiencias y comentarios que, aunque no estés de acuerdo con algún artículo, siempre serán bien recibidos.