El embarazo es un periodo único y muy especial para las mujeres, vivido, en muchas ocasiones, con mucha ilusión y felicidad, pero que también trae algunos efectos secundarios no deseados como celulitis, estrías, hinchazón de piernas, etc., siendo aquí donde los masajes de drenaje linfático pueden ser de gran ayuda.
Imagen drenaje linfático en embarazo de Shutterstock
En este artículo hablamos de...
¿Qué son los masajes de drenaje linfático?
El drenaje linfático es una técnica de masaje terapeútico que se utiliza para activar el funcionamiento del sistema linfático superficial, mejorando su circulación y favoreciendo la eliminación de los productos de desecho.
Los masajes de drenaje linfático se realizan mediante maniobras manuales muy suaves,precisas y rítmicas que actúan activando y mejorando la circulación linfática y favoreciendo la eliminación de sustancias de desecho. Con estos masajes se consigue drenar las proteínas que provocan los edemas o hinchazones de las piernas.
El drenaje linfático en el embarazo
El drenaje linfático puede utilizarse en el embarazo como tratamiento de belleza, pero no es esta su única aplicación ya que además ayuda a mejorar el bienestar físico y emocional de la mujer.
Uno de los problemas más habituales de las embarazadas es la retención de líquidos, que provoca que las piernas se hinchen o se encuentren cansadas. El masaje de drenaje linfático disminuye la hinchazón y ayuda a eliminar las toxinas, lo que, por otro lado, mejora el aspecto de la piel.
Además se trata de un masaje suave que ayuda a la relajación y aumenta la sensación de bienestar.
El drenaje linfático después del parto
El drenaje linfático también se usa después del parto, ayudando a la mujer a eliminar el exceso de líquido, reducir toxinas y expulsar los deshechos metabólicos. Si además de recibir estos masajes, se es constante, se sigue una dieta sana y equilibrada y se complementa con algo de ejercicio físico se obtendrán buenos resultados.
¿Es siempre recomendable el drenaje linfático?
Aunque de manera general, es una técnica recomendable en el embarazo y post-parto, hay algunas situaciones particulares concretas que desaconsejan su uso (en enfermedades del sistema linfático, insuficiencia renal, trombosis, en el primer trimestre del embarazo, etc.)
Por lo que es imprescindible consultar con su especialista en obstetricia para ver si en su caso particular está indicado el uso de esta técnica y siempre habrá que procurar ponerse en manos de profesionales titulados y especialistas en este tipo de terapias en el embarazo y post-parto para evitar cualquier riesgo.