Los piojos son la cruz de muchos padres, ya que hoy en día aún siguen existiendo muchos mitos acerca de cómo se contagian, la higiene de los infectados y de cómo eliminarlos. A continuación os proporcionamos la información necesaria para conocer más sobre los piojos en niños y como detectarlos.
En este artículo hablamos de...
¿Qué son los piojos?
Son unos insectos diminutos (2-3 mm), de color gris marronáceo y desprovistos de alas, que proliferan en el cabello de los seres humanos y se alimentan de cantidades sumamente pequeñas de sangre que extraen del cuero cabelludo. Por mucho asco que puedan dar, los piojos son un problema sumamente habitual, sobre todo entre niños de 3 a 12 años, y más frecuentes en las niñas que en los niños por la mayor tendencia a llevar el pelo largo y suelto.
Los piojos no son peligrosos y no transmiten ninguna enfermedad, pero son contagiosos y pueden resultar muy molestos. Sus picaduras son indoloras aunque el paciente desarrolla alergia a la saliva del parásito, días o semanas después de la infestación, que provoca picazón e inflamación en el cuero cabelludo, y el rascado persistente puede provocar irritación cutánea e incluso infecciones en las áreas afectadas.
La hembra llega a adulta en unas 2 semanas y vive otras 3 ó 4, durante las que puede poner de 6 a 10 huevos diarios (llamados liendres). La liendre mide aproximadamente 1 mm, tiene forma ovoidea y es de color blanquecino. A los 8-10 días del huevo nace un nuevo piojo. Las liendres están fuertemente adheridas al pelo, cerca de su raíz ya que necesitan calor para incubarse. A diferencia de la caspa que se desprende fácilmente, para desprender una liendre hay que cogerla entre la uña y la yema de los dedos y tirar de ella hacia el final del pelo.
¿Cómo se contagian?
Los piojos no vuelan ni saltan, al contrario de lo que mucha gente piensa, pero trepan bastante rápido por el pelo y pueden pasar de una cabeza a otra si hay un contacto directo “pelo con pelo” al tocarse o rozarse las cabezas. También es posible, aunque menos probable el contagio por contacto de la cabeza con tejidos (toallas, reposacabezas, sábanas, gorros…) u objetos (peines, horquillas, coleteros, diademas…) con algún piojo vivo o liendre viable. Los niños son más proclives a tener piojos que los adultos porque tienden a establecer más contacto físico entre sí y a compartir objetos de uso personal.
COM SALUD Agencia de comunicación via Compfight
Mi hijo tiene piojos ¿Cómo lo sabemos?
Los síntomas más comunes son picor y rascado. Ante esto, hay que revisar la cabeza del niño, especialmente detrás de las orejas y cerca de la nuca, buscando el piojo o las liendres. Los piojos son difíciles de ver porque suelen estar cerca del cuero cabelludo, son pequeños, tienen un color parecido al del pelo y en muchos casos habitan cabelleras abundantes. Si tras una inspección meticulosa y con buena luz no se ve ninguno, la forma ideal de encontrarlos es mojar el pelo con crema suavizante (lo que les impide moverse) y pasar una lendrera (que es un peine con las púas muy juntas diseñado para este fin). Si el pelo es largo y abundante, antes de pasar la lendrera será necesario desenredarlo con un cepillo. Se debe peinar de la raíz a las puntas, limpiando el peine con un papel o trapo blanco en el que miraremos si sale algún piojo. Las liendres o huevos debemos buscarlas con una buena luz y nos podemos ayudar de una lupa, se ven mejor con el pelo seco, están adheridas al pelo cerca del cuero cabelludo, y como ya mencionamos no se desprenden fácilmente.
Así que si nuestros hijos llegan con una nota del colegio informando de que se han detectado piojos, que no cunda el pánico, mantengamos la calma, no nos pongamos nerviosos y no acudamos a la farmacia a comprar un montón de productos para aplicar a nuestros hijos. Como ya os hemos indicado bastará con revisar a menudo la cabeza de los pequeños, pasar la lendrera y estar atentos a los síntomas más comunes que indican la presencia de los molestos piojos. Y en el caso de que detectéis alguno piojos en niños o liendres os recomendamos leeros nuestro próximo artículo: Acabemos con los piojos.