Escrito el 09 mayo 2010.
En nuestros hogares cada vez es mayor la presencia de todo tipo de aparatos eléctricos. No hay más que mirar detrás de la mesa del ordenador para descubrir una maraña de cables inmensa. El aumento de estos dispositivos que usan la electricidad, unido a la habilidad innata de nuestros hijos por descubrir cosas nuevas, hacen que el riesgo de electrocución sea muy elevado (el 20% de las lesiones eléctricas se dan en niños). Además cuando el niño ha sido electrocutado, muchas veces las lesiones internas son mucho más graves que las extenas. A esto le llamamos el Efecto Iceberg.
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