¿Qué es la alergia al polen?
Los niños con alergia al polen presentan una respuesta anormal y exagerada de su organismo a los pólenes procedentes de determinadas plantas y árboles, que suelen ser inocuos para la mayoría de las personas. En los niños alérgicos su sistema inmune reacciona ante los granos de polen de manera inapropiada, desencadenando un cuadro de síntomas, que pueden ser leves o poner en peligro su vida.
Los pólenes que más frecuentemente producen sintomatología alérgica en nuestro país son los de las gramíneas, el olivo, la parietaria, el plátano de sombra y el ciprés, entre otros. Aunque, tradicionalmente, la alergia al polen se asocia a la primavera, no siempre es así, de manera que el polen de algunos árboles, como los pertenecientes a la familia del ciprés, suelen producir síntomas en invierno, el de algunos arbustos, como las quenopodiáceas, da síntomas en pleno verano, otros pólenes, como el de la parietaria, pueden producir clínica, de mayor o menor intensidad, casi a lo largo de todo el año.
¿Cómo se manifiesta?
Los niños alérgicos al polen pueden manifestar algunos de los siguientes síntomas:
- Crisis asmática: episodios de dificultad respiratoria, fatiga, tos etc.
- Congestión nasal con estornudos, picor nasal y rinorrea (secreción nasal acuosa).
- Conjuntivitis: picor y enrojecimiento de los ojos.
- Problemas en la piel: urticaria, eccema, sarpullido etc.
La presencia e intensidad de los síntomas se relacionan de forma directa con los niveles atmosféricos de pequeñas partículas de alérgenos derivadas de las plantas o de los propios pólenes. Los síntomas tienen una presentación estacional, que varía en cada paciente según al polen al que se ha sensibilizado. Por lo tanto, es importante que los padres de los niños alérgicos al polen conozcan la polinización de la zona en la que viven y de la evolución de los niveles atmosféricos de los diferentes pólenes. Para ello, son de gran utilidad los datos proporcionados por las diversas redes aerobiológicas, como la de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC): www.polenes.com
¿Cómo se diagnostica?
Si tu hijo presenta alguno de los síntomas referidos previamente y sospechas que pueda ser alérgico, se debe acudir al Pediatra el cual le realizará una detallada exploración física e historia clínica, y si considera necesario le solicitará unas pruebas para confirmar el diagnóstico.
Las pruebas diagnósticas se pueden dividir en 2 grupos, diagnóstico in vivo e in vitro. Dentro del diagnóstico in vivo, tenemos las pruebas de punción cutáneas (prick-tests e intradermorreacción) en las que se pone en contacto con la piel del paciente la sustancia sospechosa de producir la reacción alérgica (alergeno) y se pincha con una pequeña lanceta para introducirlo en una capa profunda de la piel y comprobar si se produce una pequeña inflamación en la zona que confirmará la alergia; en el apartado del diagnostico in vitro, se realiza la determinación de IgE total e Ig E específica frente al alérgeno, que se encuentran elevadas cuando existe alergia.
¿Cuál es su tratamiento?
El manejo terapéutico de la alergia consiste en los siguientes métodos:
- Medicación.
- Evitación de los alérgenos causales.
- Inmunoterapia.
El tratamiento va a depender de los síntomas que presente el niño y va a tratar de disminuir la inflamación de la zona afectada. Algunos de los medicamentos que le puede indicar su médico, son:
- Antihistamínicos que ayudan a aliviar los síntomas generales como prurito, tos etc.
- Descongestionantes, en forma de aerosoles nasales, que ayudan a eliminar la congestión nasal, pero que se deben usar poco tiempo ya que producen “efecto rebote” (una vez suspendida la medicación aparecen de nuevo la congestión nasal).
- Corticoides, en forma de aerosol nasal, se utilizan en niños más mayores para ayudar a eliminar la congestión nasal cuando persiste a pesar del tratamiento con antihistamínicos.
- Broncodilatadores, son unos medicamentos que ayudan a abrir la vía aérea y a mejorar la entrada y salida del aire a los pulmones. Se administran por vía inhalatoria directamente en niños mayores y mediante cámaras con mascarilla por las que se respira en los más pequeños o bien nebulizados con oxígeno.
En algunas ocasiones se indica la inmunoterapia, que es un tratamiento contra las alergias que se basa en poner en contacto con el sistema inmunológico del niño aquellas sustancias que le producen alergia, mediante inyecciones subcutáneas con dosis cada vez mayores, incrementando así la resistencia natural del niño hacia los alergenos que le provocan los síntomas. Son tratamientos largos que pueden durar un par de años y que no están indicados en todos los casos, por lo que será el alergólogo el que evalúe si es necesaria y está indicada su administración.
Aparte del tratamiento con fármacos, es fundamental en los pacientes alérgicos ambientales detectar las situaciones y/o sustancias que desencadenan los síntomas y evitarlas, aunque esto resulta muy complicado en la mayoría de las ocasiones.
Enlaces recomendados
- Alergia al polen en los niños