Los tics infantiles son un trastorno bastanet habitual, normalmente transitorios (suelen remitir solos), y que se producen con mayor frecuencia entre los 6 y los 10 años de edad. Pueden ser sonidos o movimientos que se repiten de forma involuntaria cuyas principales características son:
– Se producen de forma automática y duran poco tiempo
– Se producen a intervalos de tiempo determinados
– Se pueden desencadenar ante determinadas circunstancias o estímulos externos
– Suelen ser siempre similares.
Foto. Morguefile: gosia79
En este artículo hablamos de...
Origen: causas de los tics infantiles
Las causas de los tics infantiles pueden ser muy variadas, veamos algunas de ellas:
– La fatiga física y el acúmulo de estrés en los niños pueden favorecer la aparición de tics infantiles.
– Cuando los niños viven un hecho traumático, éste puede desembocar en un tic y hacer que el propio tic quede asociado a determinadas emociones como el miedo o la tensión.
– Origen neurológico: algunos trastornos genéticos y metabólicos pueden afectar a los ganglios basales y pueden acabar produciendo tics.
– Algunas infecciones virales que pueden afectar al sistema nervioso, como la encefalitis, también pueden producir la aparición de tics infantiles.
– También hay medicamentos que pueden favorecer la aparición de tics infantiles como los estimulantes.
– Hay enfermedades de origen genético, como la Corea de Huntington, que contribuyen a la aparición de tics infantiles.
Qué podemos hacer desde casa para reducir los tics infantiles
– Todos los miembros de la familia deben hacerse conscientes de la existencia de los tics en el niño, tratando de averiguar si existen situaciones o circunstancias que pueden provocar con mayor frecuencia su aparición y conociendo las consecuencias perjudiciales.
– Hay que lograr, por parte de la familia, que el niño identifique y detecte las sensaciones corporales previas a la aparición de los tics. Es una buena tñecnica el colocarle delante de un espejo para que lo vea en el momento en el que aparecen.
– Hay una técnica psicológica, llamada Inversión del hábito, que consiste en realizar, en el momento en el que se va a desencadenar el tic, una conducta incompatible. Por ejemplo, si el niño tiene el tic de morderse constantemente las uñas y hemos identificado los signos previos a que se desencadene este tic, habrá que entrenarle para que en ese momento se meta las manos en los bolsillos. No hay una conducta “tipo” que se enseñe a todos los niños ante le mismo o parecido tic. Debemos encontrar la más adecuada y la menos incómoda para el niño. Lo más importante es que esta conducta también debe ser disimulada, quiere decir, que si intentamos eliminar el efecto perjudicial en las relaciones sociales del niño que produce el tic, no podemos causar este perjuicio con la conducta incompatible.
– También, en muchas ocasiones son buenos aliados los docentes, ya que pueden ser los primeros que detecten los tics en los niños y pueden ayudar de alguna forma en el tratamiento y mejora de los mismos.
– Las técnicas de relajación son muy buenas ante los tics infantiles, por tanto es muy beneficioso entrenar al niño en ejercicios de relajación muscular y de respiración.