Un drama para los padres. Una oportunidad para los niños.
A estas alturas del curso, de cara al tercer trimestre, los profesores que damos clase a los cursos que finalizan ciclo, es decir, segundo, cuarto y sexto de primaria, tenemos que empezar a plantearnos la posibilidad de que algunos de nuestros alumnos tengan que repetir curso.
Pasar a un nuevo ciclo con la lengua y las matemáticas suspensas es por ley imposible, por lo tanto hay que valorar minuciosamente si el alumno cumple lo que nosotros llamamos “objetivos mínimos” de cada etapa y que están elaborados y aprobados por el Claustro y la Comisión Pedagógica de cada centro.
Muchas veces cuando nos enfrentamos a la “nada agradable” tarea de comunicar a los padres que lo mejor para su hijo es que repita curso, los padres tienden a reaccionar de diversas maneras: de forma defensiva; “!Mi hijo se va a enterar!”, “ El castigo va a ser …”!, de manera ciertamente angustiada, “No puede ser, mi hijo estudia mucho!!!; y hasta de manera agresiva “ si en este colegio no son capaces de enseñar a mi hijo me lo llevo a otro…y portazo!
Afortunadamente algunos padres comprenden que para nosotros no es nada fácil esta decisión, sobre todo cuando la situación no depende de la actitud del niño ni de ningún problema de conducta y más cuando vemos que se esfuerzan y que en casa reciben atención con los deberes o cuando se detecta un problema de necesidades educativas especiales.
Son estos padres, los que saben canalizar la frustración llevándola al terreno de la oportunidad y del beneficio para sus hijos.
Hay casos en los que los niños se esfuerzan y les cuesta entender por ejemplo, la resolución de problemas de matemáticas. Apenas la atención personalizada que se le pueda dar en una clase de 25 alumnos es suficiente, quizás porque tienen un problema de base de cálculo o de comprensión lectora. También se dan casos de ausencias prolongadas por enfermedades o cambios en la vida familiar que afectan al niño…, son muchas las circunstancias que llevan a los niños a no alcanzar los objetivos mínimos para podre pasar de curso sin problemas.
Hay que comprender a las familias que encuentran frustrante o consideran un fracaso suyo o de sus hijos el hecho de que repitan curso, piensan que sus hijos van a sufrir separándoles de sus amigos o siendo mayor que los nuevos compañeros, pero habría que pararse a pensar en la responsabilidad que supone dejar pasar a un niño de curso sin estar preparado para nuevos contenidos más difíciles que le supondrían un esfuerzo extraordinario y que no conseguirían superar y es ahí donde estaría el fracaso y la verdadera frustración, es como si lanzásemos al niño a un abismo.
Al repetir curso los niños fijan los conceptos que intentaron aprender y no comprendieron, pueden llegar a estar entre los “mejores” de la clase. Se suelen convertir en líderes porque son los mayores y despiertan admiración y no sólo hacen nuevos amigos sino que conservan a los antiguos compañeros. Generalmente se convierten en ayudantes improvisados de los profesores ya que conocen las dinámicas del curso anterior.
Con todo esto no quiero decir que repetir curso sea algo estupendo y recomendable, sólo trato de explicar que es una segunda oportunidad para ellos y que necesitan un año más para madurar y así poder pasar de curso seguros de sí mismos. Y así es como los padres debemos plantear a nuestros hijos la idea de que sea necesario que repitan curso, procurando desmitificar la idea de que es un fracaso, sino una segunda oportunidad que les va a proporcionar la seguridad suficiente para enfrentarse al nuevo ciclo con éxito.