ES UN HECHO: NUESTROS HIJOS TIENEN MUCHOS JUGUETES
Hoy en día los niños reciben regalos constantemente: en Navidades es el momento cumbre ya que ahora es por partida doble: Papá Noel y Los Reyes Magos. Yo recuerdo que cuando era pequeño únicamente me traían regalos los Reyes Magos en Navidad y después en mi cumpleaños y una cantidad pequeña de juguetes, el resto era ropa y algún libro. Si saltamos una generación hacia atrás, los que ahora son sus abuelos, recibían todavía menos regalos. Eso hacía que jugáramos con los mismos juguetes durante semanas y semanas y para poder hacerlo, teníamos que cuidarlos muchísimo.
En nuestro tiempo este tema ha cambiado bastante, no sólo reciben regalos en Navidad, sino que sus cumpleaños se han convertido en fiestas multitudinarias en las que reciben una cantidad ingente de juguetes de todos sus amiguitos del cole, padres, abuelos y tíos. Y aparte de los cumpleaños, están los juguetes de los primos que ya no usan y que sus padres te ceden amablemente para que tus hijos jueguen con ellos. Y si con todo lo anterior no fuese suficiente, los abuelos les compran de vez en cuando algún pequeño juguete y nosotros los padres también les regalamos ocasionalmente algo que creemos que les gustaría tener.
Además, el 90% de los juguetes que reciben los niños son del tipo “no educativo”. Esto no quiere decir que no contribuyan a su educación y desarrollo, que en realidad si lo hacen, sino que les regalan pocos juguetes del tipo “educativos” y esto hace que el abanico de juego no esté bien distribuido. Los juguetes son instrumentos y como tales deben servir para cada tipo de juego al que estén destinados. Es importante clasificarlos en función de la capacidad que desarrollen en el niño y como herramientas de desarrollo que son, debemos disponer de una variedad suficiente de todos ellos.
PROBLEMAS Y SOLUCIONES
En este punto nos planteamos varias preguntas:
1. ¿Es bueno para nuestros hijos tener tantos juguetes?¿Realmente lo valoran?¿Cómo los podemos administrar?
Recuerdo que antes de tener hijos pensaba: “no voy a permitir que mis hijos tengan muchos juguetes, porque no es bueno para ellos, ya que no apreciarán el valor de las cosas”. Ahora desde la perspectiva de padre tengo varias opiniones al respecto. En primer lugar, sigo pensando que no es bueno “aturdir” a un niño con muchos juguetes en un día y dejárselos para que juegue con todos ellos. El niño no sabrá a que jugar y a los 20 minutos estará aburrido o jugando con otra cosa. ¿No os ha pasado nunca que el regalo que más les gusta es la caja o envoltorio de otro juguete? Parece claro, que lo mejor es que, nosotros como padres, les administremos los juguetes y les orientemos el juego.
Una buena solución consiste en recoger la mayoría e ir sacando paulatinamente cada semana un juguete nuevo y retirando el que ha usado esa semana. Así conseguiremos que tenga tiempo para explorar ese juego e ir aprendiendo a utilizarlo correctamente. Por otro lado, debemos orientar el juego del niño y hacerle responsable de ese juguete para que lo cuide, lo valore adecuadamente y cuando termine de disfrutarlo, sea capaz de guardarlo en su sitio.
Además, creo que es importante que el niño tenga una fuente adecuada de estímulos que permitan su desarrollo, así que estoy a favor de que tengan una cantidad moderada de juguetes con los que pueda disfrutar y a la vez fomentar su propia imaginación para que descubran nuevas formas de jugar con ellos. También es importante que nosotros como padres seamos parte activa del juego y estemos con ellos todo lo posible. Muchas veces soltamos a los niños entre los juguetes para poder tener nuestro tiempo y poder descansar un poco. Esto está muy bien, pero debemos esforzarnos para poder pasar un rato divertido con ellos, ya que al final, lo que más va a valorar el niño, es que sus papas jueguen con él.
2. ¿Que podemos hacer con el exceso de juguetes?
En mi caso y en el de muchos padres, nuestra casa está tomada por los juguetes de nuestros hijos. Tenemos juguetes por todas partes: en sus habitaciones y en el salón fundamentalmente y unos cuantos desperdigados por el resto de la casa. ¿No has tenido alguna vez la sensación de que tu casa nunca está recogida?
Para este problema tenemos varias posibles soluciones:
- Mudarnos a una casa más grande: opción ideal, aunque con el tiempo el crecimiento del número de juguetes será exponencial y hará que necesitemos comprarnos otra todavía mayor, así que mejor la descartamos.
- Vender los juguetes que no usen nuestros hijos: es una solución factible. Desde llevarlos a tiendas de compra-venta de objetos de segunda mano, o ponerlos a la venta por internet en cualquiera de las webs que existen. Conseguiremos despejar un poco nuestra casa, y a cambio sacaremos algún dinerillo con lo que vendamos.
- Donar los juguetes para que otros niños puedan jugar con ellos. Ya os contamos en nuestro post dedicado a donar juguetes que nuestros hijos no usan las mejores formas de hacerlo. Con ello optimizaremos la vida útil de esos juguetes, ya que nuestros hijos no jugarán con ellos, pero tendremos la certeza de que otros si lo harán. Y además debemos hacerles partícipes de todo el proceso y que entiendan que hay otros niños que no tienen la misma suerte que ellos de tener tantos juguetes y que así les van a ayudar.
Ya no tienes excusa para despejar tu casa de todos los juguetes y disfrutar con tus hijos del juego.
¿Qué te ha parecido el artículo?¿Conoces alguna otra forma de optimizar el uso de los juguetes o evitar que se acumulen?
No olvides dejar tus comentarios.