Tengo un hijo de tres años y medio, y mi marido y yo creemos que tiene terrores o pesadillas por la noche. Lleva una temporada despertándose a media noche, aunque no parece que se de cuenta del todo, muy agitado y asustado, y no sabemos muy bien cómo debemos actuar en esos momentos. Hemos oído que no hay que despertarles del todo, y nos da miedo hacer algo que le pueda perjudicar. ¿Qué podemos hacer en esos momentos? Marta G.
Lo primero que debo aclararte es que, por lo que me cuentas, lo que tiene tu hijo son terrores nocturnos. En las pesadillas el niño está completamente despierto y se le puede tranquilizar. En vuestro caso, en los terrores nocturnos, el niño no acaba de estar despierto, sigue “desconectado” de su entorno, se puede mostrar inconsolable, y puede llegar a reconoceros pasados unos minutos o no, pero a la mañana siguiente no recordará nada, en el caso de las pesadillas si. Puede llegar a levantarse y a andar o correr, puede estar chillando, nervioso, muy agitado o con la mirada perdida.
No está aun muy claro porqué se producen, aunque hay expertos que apuntan que puede tener un factor hereditario y otros apuntan a que el niño está teniendo un problema o vivencia negativa que canaliza de esta forma.
¿Qué podéis hacer? Encender la luz y estar con él de la forma más relajada posible, intentando calmarle, se puede probar a pasarle una toallita húmeda por la cara a ver si esa sensación le devuelve a la realidad. En ocasiones se levanta, anda, corre… aquí lo mejor es que le sigáis y procuréis que no se haga daño; si acaba despertándose, le tranquilizáis y que se duerma, y si no tendréis que esperar a que se relaje y se tumbe para dormir de nuevo. Los terrores nocturnos remiten por sí solos con el paso del tiempo. No obstante, si son muy frecuentes u os dan muchos problemas, consultad al pediatra o a un psicólogo infantil. Existe una técnica llamada “Despertares programados”, que tiene un muy alto porcentaje de éxito en estos casos, pero siempre que os asesore un profesional.
Nuestro hijo de 7 años ha cogido un miedo terrible a la oscuridad, y todas las noches nos monta un “numerito” increíble porque no se quiere ir a la cama. Hemos probado a dejarle la luz encendida y eso funcionaba, pero si se despertaba y se la habíamos apagado, volvíamos con el numerito. Ahora le hemos puesto una luz pequeña que está toda la noche encendida, y eso le calma. Pero, ¿podemos hacer algo por quitarle ese miedo del todo? Gracias por anticipado. Juan A. R.
Los miedos y temores a estas edades son algo completamente normal, y el miedo a la oscuridad es uno de los temores “universales”. Los niños aprenden a una gran velocidad, pero su inmadurez les juega aun una mala pasada, y hay ciertos conocimientos que todavía no han sabido asimilar o comprender adecuadamente. ¿Cómo podemos actuar ante este miedo “irracional”? Veamos unas pautas:
- Hagamos de su cuarto un lugar seguro, que se sienta a salvo en él. Si estamos constantemente castigándolo en su cuarto, lo convertiremos en una especie de mazmorra, y cuando llegue la noche, su imaginación añadirá los dragones, monstruos, hombre del saco y demás.
- No hay que quitarle importancia al problema, para él es importante, hay que escucharle y prestarle atención, ponerse en su lugar y razonar con él el escaso fundamento de sus temores.
- Tened cuidado con los temores que podáis proyectar sobre él, los niños aprenden muchas cosas por imitación, así que si tenéis miedo a la oscuridad, actuar con valentía o pedir ayuda a la pareja.
- Tampoco es cuestión de sobreprotegerle. Es necesario pedirle algo de valentía, que vaya él delante, que se atreva a explorar, recorred con él la casa a oscuras explorando los distintos sonidos, siempre y cuando esto no le provoque mucha ansiedad.
- debemos ser protectores y complacientes en su justa medida, hay que tratar evitar la ansiedad en el niño, pero siempre procurando inculcarle pautas de prudencia.
Por otro lado, si no lo conseguís, tranquilos, estos miedos son evolutivos y normales; con el paso del tiempo acaban por desaparecer por sí mismos. Si fueran a mayores y dieran muchos problemas de adaptación al niño, o se generalizaran a otros miedos, acudid a un psicólogo infantil que os evalúe al niño. Buena suerte.
Tengo un hijo de 13 años que se pasa las horas muertas frente a la televisión. Hemos probado con castigos, con premios, quitando la electricidad, hablando con él, etc. Pero al final vuelve a pasarse horas frente al televisor, incluso cuando hace buen tiempo. ¿Qué puedo hacer para que mi hijo emplee su tiempo en algo que no sea estar pegado a la pantalla? Gracias. Emilia M. T.
Como todo, la televisión en exceso puede tener efectos perjudiciales en las personas. En los adolescentes puede exponerlos a imágenes que sean difíciles de comprender para su edad, puede aumentar la tendencia a actitudes violentas, favorece el sedentarismo y con ello la obesidad, hace aumentar el riesgo de desórdenes alimenticios y según algunos estudios, puede favorecer el consumo de tabaco y alcohol. Aunque no todo es malo, depende solamente de los contenidos que se vean y del tiempo que se pase delante de ella.
En tu caso, querida Emilia, es una cuestión de reorientarle en el uso de la televisión, para ello te daré unas pautas que pueden ayudarte a reconducir el uso de la tele por parte de tu hijo:
- Intenta ver programas con él, analiza los contenidos que ve y habla o discute con él sobre los programas que ve, resalta lo más destacado del programa y conéctalo con situaciones personales que se le hayan dado, lugares, libros, etc.
- No le pongas televisión (ni consola) en su cuarto.
- La televisión no debe estar encendida a la hora de las comidas ni en el tiempo de estudio.
- Pon límites al tiempo que tu hijo ve la televisión, siempre debidamente motivados y dándole razones, evitad el “porque lo digo yo”.
- Seleccionar con él los programas que pueda ver, que no encienda la tele para ver “que hay”.
- Descúbrele otras actividades que puedan motivarle como la lectura, deportes, actividades con los amigos, pasatiempos con los padres, etc.
- Estos consejos, pero adaptados, pueden servir si el caso es con la consola o con el ordenador.
Pero sobre todo, ten mucha paciencia y diligencia a la hora de tratar los temas con él. Recuerda que está en la adolescencia, y tratar de imponerle las cosas puede resultar contraproducente. A esta edad necesitan que se les valore y escuche, que se les reconozca su autonomía e identidad.
Hola, quería preguntar a cerca de cuáles son las pautas que se pueden seguir ante las rabietas infantiles. Tengo una hija de casi 3 años, que me monta unos numeritos en cualquier sitio y ante cualquier no que se le da. Mi pareja y yo ignoramos la rabieta, pero en la calle se hace complicado, y queríamos saber si se puede hacer algo más. Cristina R.
Estimada Cristina, estáis actuando de forma correcta, la mejor solución para las rabietas es ignorarlas, hasta que se extingan por sí solas. Tu hija está en la edad de tenerlas, y cuando alcance los 3 o 4 años irán despareciendo.
Evidentemente, vuestra hija, como todos los niños, sabe, que cuando tiene la rabieta en público, está jugando con ventaja, ya que la presión social que ejerce la situación sobre vosotros, juega a su favor. La mejor manera de actuar es ignorar, pero también es adecuado sacar a vuestra hija de esa situación, no abandonando la calma, sacarla del recinto o del lugar donde estéis, ignorar y no ceder nunca a su rabieta ni a sus pretensiones.
Cuando ya esté tranquila del todo es cuando podréis dialogar con ella, y hacedla entender que no es una manera de conseguir las cosas ni de pedirlas.
Podéis, en ocasiones, prevenir la rabieta antes de que ocurra. Si le ocurre cuando está cansada, aburrida, sobreestimulada o tiene hambre, evitar en la medida de lo posible estas circunstancias para que no se desencadene la rabieta. Una forma muy eficaz es tenerla entretenida con algo que capte su atención (juguete, libro, cuento, etc.)
El último consejo, no perdáis nunca la calma, no le gritéis, si actuáis de esta forma, solo le enseñaréis que gritar o perder los nervios es la forma en la que se debe actuar para conseguir lo que se quiere.
Si las rabietas van a más, en las que pierde el control, puede llegar a vomitar, a congestionarse en exceso, puede ser conveniente que acudáis a vuestro pediatra, con el fin de descartar otras complicaciones, y una vez descartadas, seguir con las pautas arriba indicadas hasta que remitan.
Si queréis más información sobre el tema, hay dos artículos en nuestra página que te pueden ser de utilidad:
- Rabietas: ¿Qué hacer cuando estalla la tormenta?
- Rabietas: 10 consejos para educar a nuestros hijos